lunes, 31 de diciembre de 2012

Inventario de cosas encontradas en un trastero imaginario


(1) El viejo sombrero que sirvió de disfraz a un joven enamorado
(2) Unas gafas sin cristales ni patillas, que solo sirven para recordarte donde tienes la nariz
(3) La mesita de noche del portero de día
(4) La tetera de un bereber hospitalario que se enamoró perdidamente del caballo de su vecino y eso le costó la cabeza
(5) La cabeza disecada del presunto asesino del bereber porque este fue más rápido que su victima
(6) El diario del verdugo que acabó con la vida de los dos nómadas, aunque no deja claro en qué orden
(7) Una bañera con patas de metal, de las antiguas, pero que nunca tuvimos
(8) El espejo donde se miraba mi madre todas las mañanas hasta que dejó de reírse de sí misma
(9) Unas barras de cortina que nunca se pusieron
(10) El reloj de pared sin agujas de mi padre porque el tiempo para él siempre fue eterno
(11) La lámpara que nunca funcionó pero que nadie se atrevió a tirar porque había sido un regalo
(12) Una nevera abierta y barriguda, con el pomo roto y una etiqueta ilegible; me hubiera encantado poder abrirla una vez más y coger leche con su nata por encima.
(13) Una mochila plagada en su armazón por etiquetas de tela, sosteniendo vivos los recuerdos de su dueño, un viejo amigo.
(14) La mesa de IKEA que estaba fenomenal, pero no cabía en ninguna habitación; al menos se pudo guardar por piezas y no hubo  que montarla
(15) 4 botellas de aceite, 5 botellas de vino y una de sidra que lleva ni se sabe en el mismo rincón de este trastero atemporal, sin perder ni una burbuja
Y cómo no, la tele del tío Paco, de válvulas y pantalla en blanco y negro, en la que veíamos la película del sábado por la tarde toda la familia. Aunque creo que se me olvida algo: tendré que comenzar de nuevo a hacer el inventario. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario