miércoles, 1 de enero de 2014

Semblanzas

AleX
Inclinado hacia el papel me muestra su perfil al contraluz, mientras termina un poema único de niño grande. Lo lee esperando aprobación y, al mismo tiempo, crítica. Es un mago que convierte cada encuentro en fiesta, pues domina como nadie la escena y la palabra para que todos rían. Lo hace siempre para sentirse querido con esa ternura que te desarma sin darte apenas cuenta.
Como su corazón, su cuerpo, adolescente todavía, cambia, crece y se altera, convertido en el reloj biológico que marcará mi decadencia cuando sea él quien me aconseje el camino.
Le quiero y él lo sabe, aunque le encante discutir y provocarme.
Su vida es, para mí, un gran regalo.

MaríA
Suave como el aire y firme como un viento fuerte. Siempre tumbada entre el cielo y el mar, como la línea del horizonte; siempre llena de paz para poder amar sin ataduras.
Intento mirar hacia otro lado, pero su rostro irrepetible me devuelve a la dirección de su mirada.
Su risa no cesa de recordarme quién es el faro de mi aventura, quien me ilumina a la distancia justa para que me sienta libre y necesite volver de nuevo a la orilla de sus manos.
Subrayas la inutilidad de la prisa con el ritmo de tu corazón de luna y confundes a los necios que se cruzan en tu camino; lo sé por experiencia pues fui uno de ellos.
La quiero y ella lo sabe, aunque prefiere conseguir mi cariño sin parecer que lo pide.
Su vida es, para mí, el mayor regalo.
  
MartA
Te mira y cuando te habla, la quieres querer porque te quiere siempre y cuando se va, se queda el aire impregnado de su humor y quieres que vuelva, porque te sabe a poco.
Te abraza y cuando te besa, la sientes entera, amor puro, mujer, entrega.
Le incomoda mi empeño en verla al otro lado del espejo, como si hubiera una vida en masculino con su nombre y mi rostro, que la impidiera seguir su viaje en solitario. Por eso, me calla y me cierra los ojos, y los cierra conmigo, porque nada te pide que ella no haga; entonces, cuando solo somos alma, descubre, rebelde, nuestras semejanzas.
Y aunque tiene que irse de mi lado, me da sosiego verla crecer libre y abierta. No importa porque así será feliz.
La quiero sin límites y por su nombre, y ella lo sabe.
Nada nos separará.
  
JavieR
No sé si lo he logrado, pero intenté acompañar sus pasos a lo largo de estos años, como un testigo impulsor e interesado en verle cruzar los limites que se había encontrado.
Siempre me ha costado hallar motivos que le sacaran del confort, de su escondite protector sin biblioteca, de su reino de la intuición que no le cuesta.
Me compensa saber que guarda toda su ternura para los más pequeños, personas o animales que manejan el vocabulario del gesto y las miradas; y que se rie de mis rebotes con sus gansadas.
Sabe que siempre estaré ahí para apoyarlo y que le quiero sin límites.
Solo espero de él miles de abrazos.
La música nos acerca.


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